«Tener tiempo para no hacer nada es pedagógicamente esencial», según Ana Rodríguez

«Tener tiempo para no hacer nada es pedagógicamente esencial», según Ana Rodríguez

«Tener tiempo para no hacer nada es pedagógicamente esencial», asegura Ana Rodríguez, terapeuta de familia. Entre los beneficios que produce el aburrimiento, está el fomentar la creatividad y la productividad. «Enseñar a nuestros hijos a tolerarlo y a no buscar la ‘afectividad constante’, los prepara para un futuro más realista», explica Rodríguez en nuestra revista Icono de este mes.

ABURRIRSE ES BUENO

Según Ana Rodríguez, ya desde niños, cuando se aburren, a pesar de tener su cuarto como si fuera una sucursal del Corte Inglés, amén del móvil, la tablet, el portátil y demás artilugios de última generación para distraerse, suelen ir en busca de sus padres para que les solucionen el problema. Pero si en lugar de darles ideas, dejamos que sean ellos los que se encarguen de gestionar la situación a través de sus propios recursos, conseguiremos incrementar su autonomía y el autocontrol emocional, con lo que el aburrimiento resultará muy positivo para el desarrollo de niños más creativos y flexibles capaces de generar nuevas ideas, además de organizar su ocio, gestionar su tiempo y saber buscar lo que les interesa.

Entre los beneficios que produce el aburrimiento, es que fomenta la creatividad y la productividad, a través de la imaginación ya que el tedio solo genera tedio. Es una emoción que no solemos permitirnos ni cultivar, pero es un sentimiento imprescindible para el desarrollo personal ya que está muy relacionado con la autonomía, la autoestima  y la tolerancia a la frustración, con lo que es muy positivo para nuestro cerebro, nuestra mente, nuestras emociones y nuestro ser.

En palabras de la terapeuta de familia, enseñar a nuestros hijos a tolerar el aburrimiento y a no buscar la «actividad constante», los prepara para un futuro más realista, les enseña a ver que la vida no es un festival permanente y, lo que es más importante, les enseñará a saber estar solos y a pensar.

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