19 Ene SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS. DÍA 2
Día 2: Domingo, 19 de enero
La creación como obra de Dios
Génesis 1,1-5
Cuando Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra, la tierra era una masa caótica y las tinieblas cubrían el abismo, mientras un viento impetuoso sacudía la superficie de las aguas.
Entonces dijo Dios:
— ¡Que exista la luz!
Y la luz existió.
Al ver Dios que la luz era buena, la separó de las tinieblas, llamando a la luz “día” y a las tinieblas, “noche”.
Vino la noche, llegó la mañana:
ese fue el primer día.
Salmo 148,1.3.9-14
¡Aleluya!
Alabad al Señor desde los cielos,
alabad al Señor en las alturas.
Alabadlo, sol y luna,
alabadlo estrellas brillantes.
Montañas y todas las colinas,
árboles frutales y todos los cedros,
fieras y todo el ganado,
reptiles y pájaros alados;
reyes de la tierra y pueblos todos,
príncipes y jueces de la tierra,
los jóvenes y también las doncellas,
los ancianos con los niños.
Alabad el nombre del Señor,
que sólo su nombre es excelso,
su majestad domina cielos y tierra.
Él reviste de fortaleza a su pueblo,
es motivo de alabanza para sus fieles,
para Israel, su pueblo cercano.
¡Aleluya!
Romanos 8,19-23
La creación, en efecto, espera con impaciencia que se nos descubra lo que serán los hijos de Dios. Sometida a la caducidad, no voluntariamente, sino porque Dios así lo dispuso, abriga la esperanza de compartir, libre de la servidumbre de la corrupción, la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Y es que la creación entera está gimiendo, a una, con dolores de parto hasta el día de hoy. Pero no sólo ella; también nosotros, los que estamos en posesión del Espíritu como primicias del futuro, suspiramos en espera de que Dios nos haga sus hijos y libere nuestro cuerpo.
Lectura patrística
De la tradición griega
Dios que no puede ser visto con ojos humanos, se ve y se conoce gracias a su providencia y a sus obras. De la misma manera que cuando uno ve en el mar un barco completamente equipado entrando al puerto asume que hay a bordo un piloto que lo conduce, así también hay que pensar que Dios pilota todas las cosas, aunque no pueda ser contemplado con ojos carnales, porque es inabarcable.
Oración
¡Bendito seas, Señor!
Te alabamos y te damos gracias,
Dios de amor inquebrantable,
por los grandes signos de tu favor
y tu misericordia para con toda la creación. R.
Tú has hecho todas las cosas.
Tú las declaraste como buenas,
porque tu Espíritu habita en todas ellas
y te pertenecen, oh, Señor, que amas a los vivos. R.
Confesamos, oh, Señor, tu gloria
en la inmensidad de los cielos estrellados del universo
y en la más pequeña de las semillas de vida.
Te damos gracias por las obras de tus manos
y por la creación de todos los pueblos. R.
Bendito seas por el aire que nos da la vida.
Bendito seas por la tierra que nos alimenta.
Bendito seas por el agua que sacia nuestra sed.
Bendito seas por el fuego que nos calienta. R.
Dando voz a toda la creación y acogiendo todo dolor y alegría,
te glorificamos y te damos gracias.
Señor Dios, tú hiciste todas las cosas,
Y serán transfiguradas cuando las vistas de tu gloria. R.
Oremos
Señor Dios, Padre de las luces,
fortalece nuestros corazones en la espera y la esperanza
mientras trabajamos por la unidad y juntos buscamos la armonía de
toda la creación.
Que seamos lámparas encendidas,
hasta el día de la venida de tu Hijo en la gloria,
con todos los santos en el reino eterno.
Bendito seas, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. AMÉN.