03 Mar Rezar en Cuaresma. 4 Marzo 2013
Canto:
De noche iremos, de noche, que para encontrar la fuente,
sólo la sed nos alumbra, sólo la sed nos alumbra.
SALMO 41
Antífona: Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?
Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada-
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.
Antífona: Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios?
LECTURA DEL EVANGELIO: Lucas 4, 24-30
En aquel tiempo, dijo Jesús al pueblo en la sinagoga de Nazaret:
– «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
PETICIONES:
- Por nuestra familia Redentorista, para que seamos portadores de esperanza, animadores de la vida y dispensadores de perdón y amor.
- Por los que sufren en cualquiera de las formas en que el dolor se hace presente, para que seas su esperanza, su aliento y su futuro.
- Por los que se han unido a nosotros en la fe, para que perciban en nosotros que somos personas redimidas, transformadas y alegres, que sabemos cómo amar y servir.
- Te pedimos por los cardenales para que escuchen la voz de todos los sectores de la Iglesia.
PADRE NUESTRO.
AVE MARÍA.
COMPROMISO: Comparte tu fe.
Habla de lo que crees con amor, sin imponerlo pero sin ocultarlo.
ORACIÓN FINAL (San Alfonso)
Perdona, Señor mío. esta pereza.
Cuántos dones malogrados
por huir de encontrarme contigo
frente a frente en la meditación …
No pretendo que me des consuelos.
Me basta que me admitas
en tu presencia con mis pobres frutos.
¿Cómo puedo pretender unirme
y abrazarme a Ti, cuando merezco
la desgracia de no tener derecho a amarte?
Si quieres retirarme tus caricias,
yo no me quejaré.
Si quieres sumergirme en aflicciones,
aceptaré gustoso tu deseo.
Sólo te pido la perseverancia para estar junto a Ti
en tiempos de fortuna y de tristeza.