07 Jul Oración 8 julio 2017
Canto: Alma mía, alaba al Señor
1ª LECTURA: Génesis 27, 1-5. 15-29
Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor:
-«Hijo mío.»
Contestó: -«Aquí estoy. »
El le dijo: -«Mira, yo soy viejo y no sé cuándo moriré. Toma tus aparejos, arco y aljaba, y sal al campo a buscarme caza; después me guisas un buen plato, como sabes que me gusta, y me lo traes para que coma; pues quiero darte mi bendición antes de morir.»
Rebeca escuchó la conversación de Isaac con Esaú, su hijo. Salió Esaú al campo a cazar para su padre. Rebeca tomó un traje de su hijo mayor, Esaú, el traje de fiesta, que tenia en el arcón, y vistió con él a Jacob, su hijo menor; con la piel de los cabritos le cubrió los brazos y la parte lisa del cuello.Y puso en manos de su hijo Jacob el guiso sabroso que había preparado y el pan.
Él entró en la habitación de su padre y dijo:
-«Padre.»
Respondió Isaac:
-«Aquí estoy; ¿quién eres, hijo mío?»
Respondió Jacob a su padre:
-«Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me mandaste; incorpórate, siéntate y come lo que he cazado; después me bendecirás tú. »
Isaac dijo a su hijo:
-«¡Qué prisa te has dado para encontrarla!»
Él respondió:
-«El Señor, tu Dios, me la puso al alcance.»
Isaac dijo a Jacob:
-«Acércate que te palpe, hijo mío, a ver si eres tú mí hijo Esaú o no.»
Se acercó Jacob a su padre Isaac, y éste lo palpó, y dijo:
-«La voz es la voz de Jacob, los brazos son los brazos de Esaú. »
Y no lo reconoció, porque sus brazos estaban peludos como los de su hermano Esaú. Y lo bendijo.
Le volvió a preguntar:
-«¿Eres tú mi hijo Esaú?»
Respondió Jacob:
-«Yo soy.»
Isaac, dijo:
-«Sírveme la caza, hijo mío, que coma yo de tu caza, y así te bendeciré yo. »
Se la sirvió, y él comió. Le trajo vino, y bebió.
Isaac le dijo:
-«Acércate y bésame, hijo mío.»
Se acercó y lo besó. Y, al oler el aroma del traje, lo bendijo, diciendo:
«Aroma de un campo que bendijo el Señor es el aroma de mí hijo; que Dios te conceda el rocío del cielo, la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y de vino. Que te sirvan los pueblos, y se postren ante ti las naciones. Sé señor de tus hermanos, que ellos se postren ante ti. Maldito quien te maldiga, bendito quien te bendiga.»
Palabra de Dios
SALMO: Sal 134, 1-2. 3-4. 5-6
ANTÍFONA: Alabad al Señor porque es bueno.
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob, a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos.
ANTÍFONA: Alabad al Señor porque es bueno.
EVANGELIO: San Mateo 9, 14-17
En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole:
-« ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?»
Jesús les dijo:
-«¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos?
Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.»
Palabra del Señor.
ORAR CON LOS SANTOS:
Quiere Dios salvarnos, mas, para gloria nuestra, quiere que nos salvemos, como vencedores. Por tanto, mientras vivamos en la presente vida, tendremos que estar en continua guerra. Para salvamos habremos de luchar y vencer. Sin victoria nadie podrá ser coronado. Así afirma San Juan Crisóstomo: Cierto es que somos muy débiles y los enemigos muchos y muy poderosos; ¿cómo, pues, podremos hacerles frente y derrotarlos? Responde el Apóstol animándonos a la lucha con estas palabras: Todo lo puedo con Aquel que es mi fortaleza. Todo lo podemos con la oración; con ella nos dará el Señor las fuerzas que necesitarnos, porque, como escribe Teodorato, la oración es una, pero omnipotente. San Buenaventura asegura que con la oración podemos adquirir todos los bienes y libramos de todos los males. (San Alfonso Mª de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
Abundio, presbítero y mártir; Agresto, Alberto, Alicio, Ampelio, Apolonio, Aquila, Priscila, Benedicta, Abdas, Colomano, Tonano, Dotman, Pamerio, Procopio, Feliciano, mártires; Quiliano, obispo y mártir; Adrián, Eugenio III, papas; Iterio, Auspicio, Heraclio, obispos; Disibodo, Iluminado, eremitas; Landrada, abadesa; Edgar, rey de Inglaterra.