Las personas con discapacidad necesitan vivir sus duelos

Las personas con discapacidad necesitan vivir sus duelos

Hasta hace relativamente poco tiempo, las personas con discapacidad intelectual no solían vivir más que sus padres. Había altísimas tasas de mortalidad precoz, con lo que su esperanza de vida era mucho más corta que la del resto de la población. Hoy en día, afortunadamente, esto ya no es así y, si bien la esperanza de vida puede ser un poco más corta, en términos generales, que la del resto de la población, es frecuente que los padres fallezcan con anterioridad a sus hijos. Así lo explica Víctor M. Ballesteros, CSsR, en la sección ‘Cambiaste mi luto en danza’ de nuestra revista Icono del mes de febrero.

El entorno familiar y, a veces, educativo, ante la muerte de una persona querida, desea evitar que sufra ocultando la noticia. De esta forma, según el misionero redentorista «a la persona con discapacidad se le niega la oportunidad de expresar su tristeza y su comprensión hacia la muerte». Al sobreprotegerlo, «se le está complicando su camino por el duelo. Porque este llegará de muchas formas y tendrá su fuerte impacto en el corazón del doliente con discapacidad sin darle oportunidad para compartirlo y saberse comprendido».

En su artículo, Víctor M. Ballesteros aborda temas como el duelo en la familia al nacer un bebé con discapacidad, las pérdidas  en un corazón con capacidades diversas y las buenas prácticas de abordaje en el duelo. En cuanto a las buenas prácticas se refiere aconseja las siguientes: «antes de la pérdida, fomentar una continua educación sobre la muerte y facilitar la comprensión de la pérdida, así como ayudar a expresar sentimientos y emociones». Y, después de la pérdida, «ofrecer espacios adecuados donde facilitar la información, fomentar la expresión de los sentimientos, personalizar el acompañamiento y hacer partícipe a la persona con discapacidad y, por último, minimizar los cambios en las rutinas establecidas».

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