El síndrome del hermano mediano

El síndrome del hermano mediano

La educación, aprendizajes y valores que los hijos reciben se adquieren, principalmente, en el contexto familiar y la transmisión de todo esto se hace en función de la forma de actuar, de la personalidad de los progenitores y de las creencias familiares. Pero hay que tener en cuenta que, además del entorno familiar, existen otros aspectos que influyen en mayor o menor medida, en la personalidad de los hijos, como es el orden en el que nacieron.

Según explica Ana Rodríguez, terapeuta de familia, en nuestra revista Icono de mayo, «Si bien esta variante no es determinante en el desarrollo de la personalidad del hijo, en algunas familias tiene una gran importancia, como el caso del ‘hereu’ en Cataluña, donde el primer hijo es el que recibe la totalidad o la mayor parte del patrimonio familiar, y del que se espera que esté a la ‘altura’, en detrimento del resto de los hermanos».

 

SER PADRE

Cuando nace el primer hijo, los padres no saben hacer de padres, se estrenan en un ‘rol’ que desconocen y puede que hasta sientan miedo. De ahí, que toda la familia gire en torno al pequeño, porque piensan que el niño debe estar atendido constantemente.

Comienzan un aprendizaje que, aunque duro y largo en el tiempo, les va a servir para que la llegada de los hijos posteriores no sea tan agobiante.

Existen escuelas para casi todo, pero bien es verdad que, para aprender a ser padres, no hay mucho donde elegir. Hace años había centros donde se les proporcionaba a los padres información, orientación y asesoramiento para llevar adelante la importante tarea del cuidado y la educación de los hijos. Hoy día, entre que no hay tiempo y cuesta dinero, aprenden con sus propios hijos.

HIJOS

Suele decirse que al primer hijo se le sacan más fotos que al resto, va de mano en mano en cuanto asoma algún atisbo de incomodidad y se asegura el silencio para no perturbar al «infante», porque se convierte en el centro de la familia, siendo recibido con entusiasmo por todos y, posiblemente, tendrá todos los privilegios posibles.

En palabras de Ana Rodríguez: «Pilla a los padres en un momento dulce, la inexperiencia se une a la ilusión y a la novedad, y el niño se convierte en el ‘Rey de la casa’. El hijo siguiente, por ser el más pequeño, tendrá menos atención que su hermano mayor pero, posiblemente, será el más consentido».

¿Y qué pasa cuando aparece un tercer hermano?

Cuando nace el tercer hijo, el mayor seguirá con su primacía y el que acaba de llegar ocupará el puesto del pequeño con todos los atributos porque para eso es el «bebé» de la casa, mientras que el mediano se quedará «en tierra de nadie». Por eso mucha de su energía la dirigirá en buscar su sitio.

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