El Perpetuo Socorro 1906

El Perpetuo Socorro 1906

Por: Miguel G. Leyva / Carmen Vila

El Perpetuo Socorro del mes de julio de 1906, correspondiente al número 91, destacó lo siguiente en su Sumario: Creciendo en gracia (VI.- (Los actos de amor de María). Narraciones bíblicas (José. José vendido por sus hermanos). La familia cristiana (Angelitos á bandadas). El verdadero culpable. Flores del cielo (Doña Ana Ponce de León. Condesa de Feria. V. Toma el hábito de religiosa). Curiosidades  (Preguntas á tiempo. Respuestas atrasadas). Las miniaturas. A Santiago (poesía). Cosas del día (Los reformadores). Variedades. Boletín de la Archicofradía (Cultos. Favores. Ramillete de acción de gracia). Bibliografía.

Por lo que respecta al interior de portada presentó ‘El devoto de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro’, la cuarta edición, tirada de 40.000 ejemplares, que constaba de «574 páginas, con esmerada impresión, papel satinado, y su precio, sólida y elegantemente encuadernado (forma princesa)». Podía encontrarse de 3 formas: 1. En tela, puntas redondas y corte encarnado por 1, 25 pesetas; 2. En tela, puntas redondas, corte dorado y estampación en el lomo, por 2 pesetas, y 3. Encuadernación de lujo en piel finísima y muy vistosa, pastas con almohadillas, cortes dorados, dorado superfino y puntas redondas, con portada al cromo á doce tintas y papel fino y ahuesado, por 5 pesetas.

«Por cada doce ejemplares se da uno de gratificación en las dos primeras clases de encuadernación. En la encuadernación de lujo se dará á 4,75 pesetas ejemplar pidiendo por docenas. Los envíos, siendo de doce ejemplares, se hacen franco de porte y certificado. Esta tarifa no vale fuera de España».

Además, se anunciaban «Estampas para devocionarios» de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro: «Por la belleza y limpieza de colores son de las mejores que hasta ahora se conocen.-Son muy á propósito para distribuir en las Comuniones generales. Su precio, con todo, es muy módico. El ciento, 3,50 pesetas». Y las estampas de San Alfonso y San Gerardo para devocionarios: el 100, 4 pesetas.

OBLATAS DEL SANTÍSIMO REDENTOR

Las páginas 274-277 del número 91, correspondiente al mes de julio de 1906 de El Perpetuo Socorro, las dedican en la sección ‘Variedades’ a las Oblatas del Santísimo Redentor:

«Hacia el año de 1864, el Ilmo. Sr. D. José María Serra, obispo de Daulia, vivía retirado en Ciempozuelos (Madrid), empleando las fuerzas que le quedaban en trabajar por la salvación de las almas. Llamábale mucho la atención la triste situación de un gran número de mujeres de vida airada que deseaban dejar el vicio, pero no podían ser admitidas en ningún asilo existente, por condiciones que no podían cumplir. Concibió, pues, el proyecto de abrir para ellas un asilo.

La Providencia le proporcionó un ayuda muy precioso en la persona de una piadosa señora, llamada Antonia María de Oviedo y Shönthal, Preceptora que había sido de los hijos de la Reina Cristina de Borbón, esposa del Rey Fernando VII. Después de muchas vicisitudes fundaron el primer asilo en Ciempozuelos, con el beneplácito del Emmo. Sr. Arzobispo de Toledo. Por devoción á San Alfonso María de Ligorio, Fundador de una Congregación de Misioneros dedicados al cuidado de las almas más abandonadas, la piadosa Fundadora solicitó y consiguió para su Instituto naciente el título de Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor.

En 1880 alcanzó el Instituto la aprobación de la Santa Sede, y el Decretum laudis fue firmado el 30 de marzo de 1881. Contaba entonces la Orden ocho casas, en las cuales cincuenta hermanas cuidaban de doscientas cincuenta jóvenes arrepentidas.

El 10 de abril de 1906 fueron aprobadas solemnemente las reglas y constituciones de las Hermanas Oblatas por la Santidad de Pío X, gobernando ahora el Instituto la Reverendísima Madre Anastasia del Santísimo Redentor.

EL ESPINO

Por lo que respecta a la sección ‘Boletín de la Archicofradía’ de El Perpetuo Socorro número 91, dedicó los Cultos a Madrid, El Espino, Gijón y El Pozuelo (Cuenca). En cuento al Espino (Burgos), la revista El Perpetuo Socorro recogía lo siguiente: «Bello sobremanera fue el aspecto que en la fiesta de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro presentaron los pintorescos alrededores del Espino. Como días de excepcional solemnidad, ostentábase cubierto de las más vistosas galas con que la Naturaleza y el arte á porfia lo enriquecen, troncando en bulliciosa animación su ordinario silencio».