28 Feb Conviértete y cree en el Evangelio.
MIÉRCOLES DE CENIZA día 1 de marzo.
Joel 2, 12-18.
Ahora -oráculo del Señor-, convertíos a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos; rasgad vuestros corazones, no vuestros vestidos, y convertíos al Señor vuestro Dios, un Dios compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en amor, que se arrepiente del castigo. ¡Quién sabe si cambiará y se arrepentirá dejando tras de sí la bendición, ofrenda y libación para el Señor, vuestro Dios!
Tocad la trompeta en Sión, proclamad un ayuno santo, convocad a la asamblea, reunid a la gente, santificad a la comunidad, llamad a los ancianos; congregad a los muchachos y a los niños de pecho; salga el esposo de la alcoba y la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, servidores del Señor, y digan: «Ten compasión de tu pueblo, Señor; no entregues tu heredad al oprobio ni a las burlas de los pueblos».
¿Por qué van a decir las gentes: «Dónde está su Dios»? Entonces se encendió el celo de Dios por su tierra, y perdonó a su pueblo.
SALMO RESPONSORIAL
MISERICORDIA, SEÑOR, HEMOS PECADO.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
2 Corintios 5,20 – 6,2.
Hermanos:
Actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado a favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él. Y como cooperadores suyos, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, pues dice:
«En tiempo favorable te escuché,
en el día de la salvación te ayudé».
Pues mirad: ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.
Mateo 6, 1-6. 16-18.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no mandes tocar la trompeta ante ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles para ser honrados por la gente; en verdad os digo que ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vean los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo recompensará.
Cuando ayunéis, no pongáis cara triste, como los hipócritas que desfiguran sus rostros para hacer ver a los hombres que ayunan. En verdad os digo que ya han han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no los hombres, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
CONVIÉRTETE Y CREE EN EL EVANGELIO.
Pascua de Resurrección es la fiesta principal del Año Cristiano. Y, para prepararla, la Iglesia recoge momentos y personajes relevantes de la Sagrada Escritura relacionados con el número “cuarenta”. Así nació el nombre de Cuaresma.
La Biblia narra los cuarenta días del diluvio; cuarenta años de peregrinación del pueblo hebreo por el desierto; cuarenta días de Moisés en el Sinaí; cuarenta días de camino del profeta Elías hasta el monte Horeb; cuarenta días de penitencia de los ninivitas ante la predicación de Jonás; y cuarenta días de Jesús en el desierto, conducido por el Espíritu.
Cuaresma es el período de cuarenta días de entrenamiento cristiano como preparación a la Pascua del Señor. Comienza el miércoles de ceniza y termina el Jueves Santo, antes de la celebración de la Cena del Señor. Es un tiempo intenso de preparación de los catecúmenos, que serán bautizados en la Vigilia Pascual y de arrepentimiento de penitentes, que solicitan el perdón.
En los primeros siglos, la Iglesia entiende que el Bautismo es irrepetible, porque significa “morir al pecado de una vez para siempre”, y “vivir para Dios”, en palabras de Pablo. Pero muy pronto la Iglesia contempló la fragilidad humana e instauró la reconciliación de los penitentes para recuperar la condición de resucitados que nos había dado el Bautismo.
Y para todos, Cuaresma es tiempo de revisión de vida y ejercicio adecuado para favorecer la experiencia de Dios y la comunión con los hermanos. Contamos con abundantes y escogidos textos de la Biblia y los compromisos que cada uno se exija en respuesta a la Palabra. El Ciclo A nos presenta un itinerario catequético y celebrativo marcado por la renovación bautismal.
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