DOMINGO DE RAMOS Y DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Lectura de la profecía de Isaías 50, 4-7 El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo; para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los discípulos. El Señor Dios me abrió...