05 Dic domingo II de Adviento
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS 3, 9-15. 20.
Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: — ¿Dónde estás? El contestó: – Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.
El Señor le replicó: — ¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol que te prohibí comer? Adán respondió: — La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.
El Señor dijo a la mujer: — ¿Qué es lo que has hecho? Ella respondió:– La serpiente me engañó, y comí.
El Señor Dios dijo a la serpiente: — Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón. El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 97
R.- CANTAD AL SEÑOR UN CÁNTICO NUEVO, PORQUE HA HECHO MARAVILLAS.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R.-
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R.-
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R.-
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 15, 4-9
Hermanos:
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Qué Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, como es propio de cristianos, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre.»
Palabra de Dios
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1, 26- 38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo:
— Alégrate, llena de gracias, el Señor esta contigo. Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: — No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Y María dijo al ángel: — ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?
El ángel le contestó: — El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.
María contestó: — Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y la dejó el ángel.
Palabra del Señor
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Sin mancha, pero no sin vida
Nos toca hacer “encajes de bolillo”, celebramos la Fiesta de la Inmaculada Concepción de María y tratamos de no perder el hilo de nuestro Adviento, ya en su segunda semana. Muchas veces confundimos el ser inmaculado, puro, de María con algo “estéril”, sin vida, carente de alegría o color. Los símbolos de nuestras eucaristías que hablan de la pureza siempre son los mismos: flor blanca, vaso de agua,… ¡qué poquita imaginación tenemos! Lo que celebramos este día es no tanto que María sea “perfecta” humanamente sino que su vida estaba totalmente llena de Dios y entregada a Él en plenitud, y por eso, no cabía el pecado, no cabía el mal.
– “Oí tu ruido en el jardín”. Es lo que nos dice la lectura del Génesis, que presenta hoy el origen del mal en el ser humano. Comenzó a pasar lo que nunca había pasado: sintieron miedo, se avergonzaban de sí mismos y se tapaban el cuerpo, también se escondían de Dios, preferían no verle. Algunos exegetas han pensado en qué será eso que la lectura nos describe como “el ruido” de Dios al pasar, y se imaginan algo bello: su silbido, su canturreo, algo que indica la magia de su presencia… pero ese algo ¡desaparece con el pecado! Y Dios se convierte en ruido, y un ruido molesto, que me da miedo. Da que pensar.
– “Paciencia + consuelo = esperanza” Es la fórmula que nos ofrece Pablo en su carta a los romanos. La esperanza que nos sostiene se consigue a base de nuestra paciencia y el consuelo que Dios nos da en su Palabra. Y nos deja un reto para nuestras familias y comunidades: “acogeos mutuamente como Cristo os acogió”, nos toca imitar al Señor y recibir a los demás en su nombre aprendiendo a ver en el otro el mismo rostro de Dios. ¿difícil verdad? Te recuerdo la fórmula por si ya la olvidaste: “Paciencia + consuelo = esperanza”.
– “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. El mensaje del ángel Gabriel es también el mensaje del evangelio para cada uno de nosotros en este domingo. Además, conecta muy bien con los deseos de nuestro Papa que también nos llama en su carta a la alegría, a la verdadera alegría cristiana, que sostiene y orienta la vida porque se apoya en Cristo hombre y Dios, muerto y resucitado. Alégrate como María, porque no se trata de que tú creas en Dios, ni de que lo busques: Él te buscó primero, te encontró primero, y te amó primero. De eso se trata hermano, así que alégrate. Motivos no te faltan.
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Víctor Chacón Huertas, CSsR