20 Abr Pascua Social en Valencia
Hoy os traemos el testimonio de Juan Gómez, joven de la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Madrid, que vivió la Pascua con la comunidad redentorista de Nazaret, Valencia. Allí tuvo la oportunidad de servir a la construcción del Reino de Dios con algunos voluntariados y celebrando los oficios en las parroquias de Nuestra Señora de los Desamparados y La Punta, de Valencia.
«Todo comenzó en el momento en el que se me ofreció vivir la Pascua de una forma a la que no estaba acostumbrado, di un paso y me lancé sin saber qué iba a hacer, qué se hacía en la Pascua, ni qué me iba a encontrar en Valencia.
Primero decir que sigo asimilando la experiencia tan impresionante que hemos vivido estos días, creo que es una cosa que siempre llevaré en mi corazón.
El primer gesto que tuvieron hacia nosotros fue el «envío» de voluntarios en la misa de Miércoles Santo, en la cual se nos entregó una cruz que estaba vacía por dentro. Uno de los objetivos que teníamos era llenar esa cruz de personas, momentos, gestos…etc. Esto yo no lo entendí hasta el jueves por la noche cuando me metí en la cama y me paré a pensar en todo lo que había hecho ese día. Había estado por la mañana en el Centro Penitenciario de Picassent (Valencia), un voluntariado que me daba mucho miedo. Este miedo estaba producido por una serie de prejuicios que yo llevaba en mi cabeza, pero que desaparecieron en el momento en el que conocí a personas como Alberto o Vicente. Dos personas que llevaré dentro de mi cruz y dentro de mi corazón durante mucho tiempo.
El viernes y el sábado, me uní al voluntariado en un monasterio de Torrent, en el que estaban unas familias de refugiados ucranianos. Antes de explicaros cómo fue la experiencia con ellos, quiero dejar claro que considero que no te haces consciente de las consecuencias de un conflicto de tal magnitud hasta que hablas con ellos y te cuentan cuál es la realidad. En estos dos días intentamos enseñarles cosas básicas del castellano, un mínimo de vocabulario para que pudiesen llegar a entender a la gente. Creo que se hizo un gran trabajo, o al menos así lo parecía al ver sus caras y al ver cómo nos agradecieron que les enseñásemos.
Como punto muy importante del que quiero hablar es de la gente de las parroquias de Nazaret y de la Punta (Valencia). Me sorprendieron desde el minuto uno: la amabilidad y la capacidad que tenían para hacerte sentir que estabas dentro de la comunidad, sin ni si quiera conocerte, fue realmente sorprendente. Es una cosa a la que yo no estoy acostumbrado y puedo decir que me ha marcado.
Quiero concluir con un agradecimiento muy grande a Álvaro Ortiz, a Carlos A. Galán y a Carlos A. Diego , que junto con José Collado y Jesús Hidalgo, han conseguido que vivamos una Pascua que se nos quede grabada en la memoria, en nuestra cruz y en nuestro corazón».