08 Abr La misión deber ser la actitud fundamental de la Iglesia y el valor del testimonio humilde, la principal herramienta evangelizadora
La misión debe ser la actitud fundamental de la Iglesia, que nos mueva a todos a una mayor sencillez para evitar la ostentación y la parafernalia. Esta ha sido una de las peticiones de la comunidad de San Gerardo Mayela (Madrid) a la Iglesia en su discernimiento sinodal. Además, destaca el valor del testimonio humilde como principal herramienta evangelizadora.
La parroquia de San Gerardo de Madrid, sita en la calle Maqueda, 45, ha contado con nueve grupos de reflexión que se han reunido periódicamente para reflexionar sobre la propuesta del Sínodo: Jóvenes, Scalini (jóvenes adultos), Ora et Devora (jóvenes adultos), Mayela (crecimiento en la fe), Sangre (grupo familiar), Vida Ascendente (mayores), Liturgia, Biblia y Cáritas.
Tras el tiempo de discernimiento en grupos se convocó una Asamblea General para la aprobación de la síntesis final y el texto definitivo recoge tres cuestiones principales: ¿Qué experiencia tienes de la Iglesia en cada uno de los ámbitos: celebración, servicio, pastoral y misión? ¿Qué alegrías, dificultades, obstáculos, heridas e intuiciones has encontrado en tu participación en la Iglesia? ¿Qué crees que nos pide el Espíritu Santo a la Iglesia? ¿Qué puntos han de ser confirmados, qué cambios se sugieren y dónde podemos establecer un consenso?
EXPERIENCIA DE IGLESIA
En cuanto a la celebración de los sacramentos continúa siendo la puerta de acceso privilegiada para las personas que no tienen fe, pero acompañan a sus familiares. La celebración de la Pascua se anota como una gran oportunidad para la experiencia de comunidad.
Por lo que respecta al servicio, se subraya como aspecto positivo el compromiso compartido con los pobres y vulnerables, y su centralidad en la vida de la comunidad. También se invita a dar el paso efectivo del asistencialismo a la verdadera promoción humana integral y destaca el trabajo de Cáritas parroquial que ofrece una verdadera acogida evangélica.
La figura del catequista es clave y las convivencias, charlas y momentos de oración compartida son un excelente momento pastoral para las comunidades.
Destacan algunos espacios de misión en los que se valora que la presencia de la Iglesia podría estar más presente: Universidad, redes sociales o los medios de comunicación. Y se recuerdan positivamente las acciones de la misión parroquial redentorista y el modelo de asambleas familiares. Se subraya la actitud misionera de sacerdotes y comunidades.
PARTICIPACIÓN EN LA IGLESIA
En general, las personas creyentes se han sentido escuchadas por la Iglesia. La oración comunitaria y los encuentros no-formales se señalan como una de las alegrías que generan comunidad y deberían potenciarse. El Consejo Pastoral se valora positivamente como estructura de discernimiento y se echa en falta una mayor implicación del laicado en responsabilidades y toma de decisiones.
Aunque se reconoce que se ha avanzado bastante en una mayor austeridad, se debe seguir trabajando desde el valor evangélico de la pobreza y sencillez como valores primordiales. La acogida y la esperanza son el futuro de la Iglesia, gracias a dinámicas como las propuestas por este Sínodo.
ESPÍRITU SANTO
Según se destaca en el texto, “creemos que el Espíritu Santo nos pide una mayor unidad en lo fundamental, de modo que en cualquier parroquia o comunidad se ofrezcan las mismas respuestas ante las mismas preguntas; también nos pide que seamos testimonio evangélico y nos abramos al diálogo constante con quienes no piensan como nosotros”.
“También nos sentimos llamados a una mayor apertura al espíritu misionero que ofrece una experiencia de Iglesia más abierta, cercana, liberadora e integradora. La misión nos llama a una profunda reconversión de estructuras para que nos dirijamos con mayor agilidad, creatividad y audacia misioneras hacia las personas realmente alejadas con propuestas concretas que provoquen en ellas la experiencia de Dios”.