07 Abr «Cada día comienza con el estrés de averiguar qué ciudad ha sido golpeada por la noche», P. Taras Kchik, CSsR
La Provincia Redentorista de Ucrania tiene algo menos de 100 cohermanos en 13 casas en territorio ucraniano; dos de ellas están actualmente en zonas ocupadas y otra en una ciudad sitiada. La mayoría de nuestras comunidades están en el oeste de Ucrania, con su centro en Lviv. Hemos entrevistado al P. Taras Kchik, redentorista ucraniano de 36 años, en nuestro último número de la revista Icono, de este mes de abril. Durante los últimos años, ha sido formador de los estudiantes de Ucrania en Lviv y, en la actualidad, vive en la comunidad redentorista Ivano-Frankivsk, al sudeste del país.
Entrevista: Carlos A. Diego Gutiérrez
¿Cómo ha cambiado vuestra situación diaria desde que empezó este asedio?
Este conflicto ha tenido un gran impacto en nuestra vida cotidiana. La mayoría de nuestras casas han tenido que cambiar por completo el método de trabajo, creando muchas estructuras sociales y servicios que fracasan o les lleva más allá de sus límites. Hemos estado haciendo el máximo esfuerzo para ayudar a aquellos que están confiando en nosotros.
¿Cómo se compagina la vocación al servicio de la reconciliación con el dolor de un pueblo asediado?
Nuestra vocación ha estado muy presente a través del sacramento de la reconciliación. Especialmente, con los refugiados que llegan, así como con aquellos que se están uniendo al ejército. De modo concreto en este tiempo de Cuaresma, muchas personas están dando un paso adelante para recibir el sacramento de la reconciliación. Hay algunos que no se han acercado en todo el año y algunos que han decidido, finalmente, dar el paso adelante para reconciliarse con Dios. Especialmente, aquellos que se unen al servicio militar, a menudo vienen a nosotros antes de presentarse a filas, pidiendo reconciliación, oración, alguna guía, conversación espiritual o simplemente ese apoyo espiritual antes de comenzar su servicio militar.
¿Estáis unidas las diferentes confesiones cristianas en el servicio a la paz?
Realmente, no tenemos ninguna celebración formal por la paz en nuestra iglesia; tenemos celebraciones normales, y durante todo el día hay muchos molebens (oraciones diurnas) y rosarios diferentes que se rezan por la paz. Sin embargo, no somos una iglesia central y, por tanto, no hay celebraciones «oficiales» por la paz con las diferentes confesiones.
¿Cómo valoráis la ayuda internacional? ¿Estáis sintiendo con fuerza la fraternidad de la congregación universal?
Hemos sentido ese fuerte deseo internacional de ayudarnos y apoyarnos. Lo hemos sentido en su rápida acción para conseguirnos suministros, para ayudarnos con ayuda humanitaria; lo hemos sentido con más fuerza a través del apoyo de la Congregación, a través de otras provincias redentoristas, dándonos la ayuda que pueden, facilitándonos todo para servir a las personas que están con nosotros dándonos los suministros que necesitamos para continuar nuestro servicio. En nuestro monasterio tenemos una panadería y hemos estado apostando por el pan, no sólo para la gente del barrio, sino también para las personas que han estado buscando refugios en las escuelas locales. También para los refugiados que no tienen a nadie más a quien acudir y no tienen a veces comida y, sin embargo, por un corto tiempo, tuvimos una gran cantidad de harina. Incluso humo un momento que no teníamos suficiente para el siguiente envío a las escuelas, pero luego, gracias a la provincia redentorista española, obtuvimos la cantidad de harina que necesitábamos para mantener este servicio en marcha.
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