La Tierra

La Tierra

La tierra es algo que tenemos constantemente bajo nuestros pies. Es verdad que ahora, que mayoritariamente vivimos en ciudades asfaltadas, o transitamos caminos empedrados, se nos hace difícil concebir que ahí abajo hay tierra, salvo porque vemos jardines, árboles y parques. Resulta que la tierra, al igual que el agua, nos es necesaria para poder vivir y no perecer; si bien es verdad que ésta no la comemos, pero desde hace millones de años el ser humano ha obtenido de ella todo el alimento necesario para subsistir.

Sobre la tierra versa el artículo de este mes de la sección ‘Oramos con tu palabra’ en nuestra revista Icono. Si el cielo era “espacio de Dios”, la tierra es “el espacio del ser humano”. La tierra es materia, creación de Dios y como tal, ha salido de sus manos para volver a ellas en algún momento.

Así entendemos mejor que “Dios modeló al ser humano del polvo de la tierra” (Gen 2, 7), y espera volver a Él: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás” (Gen 3, 19). Esta es la experiencia de Israel ante un Dios que crea por amor, que da la vida a su creación, la cual siempre acabará volviendo a Aquel que le dio la existencia: “Desde siempre y por siempre tú eres Dios, tú reduces el hombre al polvo diciendo ‘Retornad, hijos de Adán’ (Sal 89, 2-3)”.

Aquí puedes leer el artículo completo.

PARA REFLEXIONAR:

¿Me siento criatura de Dios modelada por Él?

¿Pongo en mi vida en sus manos?

¿Busco hacer de este lugar, la tierra que habito, un trocito de cielo con Dios en el centro?

¿Qué promesas escucho para mi vida por parte de Dios?