31 May Fratelli Tutti. Construir en común
- El auténtico diálogo social supone la capacidad de respetar el punto de vista del otro aceptando la posibilidad de que encierre algunas convicciones o intereses legítimos. Desde su identidad, el otro tiene algo para aportar, y es deseable que profundice y exponga su propia posición para que el debate público sea más completo todavía. Es cierto que cuando una persona o un grupo es coherente con lo que piensa, se adhiere firmemente a valores y convicciones, y desarrolla un pensamiento, eso de un modo o de otro beneficiará a la sociedad. Pero esto solo ocurre realmente en la medida en que dicho desarrollo se realice en diálogo y apertura a los otros. Porque “en un verdadero espíritu de diálogo se alimenta la capacidad de comprender el sentido de lo que el otro dice y hace, aunque uno no pueda asumirlo como una convicción propia. Así se vuelve posible ser sinceros, no disimular lo que creemos sin dejar de conversar, de buscar puntos de contacto y, sobre todo, de trabajar y luchar juntos. (…). Pensemos que “las diferencias son creativas, crean tensión y en la resolución de una tensión está el progreso de la humanidad”.