ORACIÓN DEL DÍA

ORACIÓN DEL DÍA

QUINTO DÍA NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO.

CANTO: Canción a María.
 
1ª LECTURA: 2ª Reyes 19, 9b-11. 14-21. 31-35a. 36
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequías, para decirle:
«Así hablaréis a Ezequías, rey de Judá: «Que tu Dios, en el que confías, no te engañe diciendo: ‘Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiría.’ Tú mismo has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países entregándolos al anatema ¿y vas a librarte tú solo?»».
Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó. Subió al templo del Señor y abrió la carta ante el Señor y elevó esta plegaria ante él:
«Señor, Dios de Israel, entronizado sobre los querubines: Tú solo eres el Dios para todos los reinos de la tierra. Tú formaste los cielos y la tierra. ¡Inclina tu oído, Señor, y escucha! ¡Abre tus ojos, Señor, y mira! Escucha la palabras de Senaquerib enviadas para insulto del Dios vivo. Es verdad, Señor, los reyes asirios han exterminado las naciones, ha arrojado sus dioses al fuego y los han destruido. Pero no eran dioses, sino hechura de mano humana, de piedra, de madera.
Pero ahora, Señor, Dios nuestro, líbranos de sus manos, y sepan todos los reinos de la tierra que solo tú eres Señor Dios».
Entonces Isaías, hijo de Amós, envío a Ezequías este mensaje:
«Así dice el Señor, Dios de Israel: «He escuchado tu plegaria acerca de Senaquerib, rey de Asiría”.
Ésta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: “Te desprecia, se burla de ti la doncella, hija de Sión, menea la cabeza a tu espalda la hija de Jerusalén. Ha de brotar de Jerusalén un resto, y supervivientes del monte Sión . El celo del Señor del universo lo realizará.
Por eso, esto dice el Señor acerca del rey de Asiría: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella ni una flecha, no avanzará contra ella con escudos, ni levantará una rampa contra ella. Regresará por el camino por donde vino se volverá y no entrará en esta ciudad – palabra del Señor – Yo haré de escudo a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David, mi siervo».
Aquella misma noche el ángel del Señor avanzó y golpeó en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, y regresó a Nínive , quedándose allí.
Palabra de Dios.
 
SALMO: Sal 47, 2-3a. 3b-4. 10-11
ANTÍFONA: Dios ha fundado su ciudad para siempre.

Grande es el Señor
y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra.
El monte Sión, confín del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, oh Dios,
tu alabanza llega al confín de la tierra.
Tu diestra está llena de justicia.
ANTÍFONA: Dios ha fundado su ciudad para siempre.
 
EVANGELIO:  San Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; no sea que las pisoteen con sus patas y después se revuelvan para destrozaros.
Así, pues, todo lo que deseáis que los demás hagan con vosotros, hacedlo vosotros con ellos; pues esta es la Ley y los Profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos.
¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.»
Palabra del Señor

NOVENA A NUESTRA SEÑORA DEL PERPETUO SOCORRO
Virgen Santísima, socorro perpetuo de las almas que se acogen a vuestro amor maternal: dignaos pedir por mí a vuestro santísimo Hijo y Señor nuestro Jesucristo, para que le sean agradables todos mis pensamientos, palabras y acciones de este día y toda mi vida.
Aceptad, ¡Oh tierna madre mía! el corto obsequio que os ofrezco en esta Novena, y alcanzadme el favor que en ella os pido, si conviene para mayor gloria suya, honra vuestra y bien de mi alma. Amén.

DÍA QUINTO
Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
defiende a sus devotos en las tentaciones.

 
La vida del cristiano sobre la tierra es una lucha constante. Rodeados estamos de enemigos por doquiera; de enemigos de todas clases, que se conjuran contra nosotros, maquinando nuestra perdición y ruina; ¿quien nos defenderá en medio de tantos peligros? La que continuamente vela por sus hijos: Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, que por si sola es mas terrible que un ejercito puesto en orden de batalla; la que es torre de David, fortaleza inexpugnable, de la cual penden mil escudos, armadura de los fuertes, y al mismo tiempo Madre nuestra; Madre tan tierna y amorosa, que más desea Ella concedernos su socorro, que nosotros alcanzarlo. (Medítese y pídase con 9 Avemarías)
 
Oración. ¡Oh María! Si he tenido la desgracia de pecar, yo mismo he sido el autor de esta desgracia. ¡Ah! Si yo os hubiera invocado, Vos hubierais acudido en mi socorro y yo no hubiera caído. Haced, Madre mía, que en la hora del peligro me acuerde de Vos y os invoque diciendo: ¡Madre mía, socorredme! Así saldré con la victoria.
 
Practica. Recurrir a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en cuanto asome la tentación.

SANTOS DEL DÍA:
Juan, presbítero y mártir; Jacobo, obispo; Agripina, virgen y mártir; Zenón, Zenas, Félix, Gotilas, Ardames, Baraclas, Moisés, Eustoquio, Gayano, Proba, Lolia, Urbano, mártires; Aristocles, Demetriano, Atanasio, confesores; José Cafasso, presbítero; Editrudis, o Edeltrida, o Edeltrudis, abadesa; María de Oignies, virgen.

 

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