08 Ene Oración del día 9 enero 2018
CANTO: Canta mi alma a Dios.
1ª LECTURA: 1º Samuel 1, 9-20
En aquellos días, se levantó Ana, después de comer y beber en Siló. El sacerdote Elí estaba sentado en el sitial junto a una de las jambas del templo del Señor. Ella se puso a implorar al Señor con el ánimo amargado, y lloró copiosamente. E hizo este voto:
-«Señor del universo, si miras la aflicción de tu sierva y te acuerdas de mi y no olvidas a tu sierva, y concedes a tu sierva un retoño varón, lo ofreceré al Señor por todos los días de su vida, y la navaja no pasará por su cabeza. »
Mientras insistía implorando ante el Señor, Elí observaba su boca. Ana hablaba para sí en su corazón; solo sus labios se movían, más su voz no se oía. Elí la creyó borracha.
Entonces le dijo:
-«¿Hasta cuándo vas a seguir borracha? Echa el vino. que llevas dentro»
Pero Ana tomó la palabra y respondió:
-«No, mi Señor, yo soy una mujer de espíritu tenaz. No he bebido vino ni licor, solo desahogaba mi alma ante el Señor. No trates a tu sierva como a una perdida, pues he hablado así por mi gran congoja y aflicción.»
Elí le dijo:
-«Vete en paz y que el Dios de Israel te conceda el favor que le has pedido.»
Ella respondió:
-«Que tu sierva encuentre gracia a tus ojos .»
Luego, la mujer emprendió su camino, comió y su semblante no fue ya el mismo-
Se levantaron de madrugada y se postraron ante el Señor. Después se volvieron y llegaron a su casa de Ramá.
Elcaná se unió a Ana, su mujer, y el Señor se acordó de ella.
Al cabo de los días Ana concibió y dio a luz un hijo al que puso por nombre Samuel, diciendo:
-«Se lo pedí a Señor.»
Palabra de Dios.
SALMO: IS 2, 1. 4-5. 6-7. 8abcd
ANTÍFONA: Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
El levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria.
ANTÍFONA: Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador.
EVANGELIO: San Marcos 1, 21-28
En la ciudad de Cafarnaún, el sábado entra Jesús en la sinagoga a enseñar; estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los escribas. Había precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar:
« ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Jesús lo increpó:
«Cállate y sal de él».
El espíritu inmundo lo retorció violentamente y, dando un grito muy fuerte, salió de él. Todos se preguntaron estupefactos:
«¿Qué es esto? Una enseñanza nueva expuesta con autoridad. Incluso manda a los espíritus inmundos y lo obedecen».
Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.
Palabra del Señor.
ORAR CON LOS SANTOS:
Deseo transformarme en tu misericordia y ser un vivo reflejo de ti, oh Señor. Que éste más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón y mi alma al prójimo. Ayúdame Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo jamás sospeche o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarle. (Santa Faustina Kowalska)
SANTOS DEL DÍA:
Eulogio de Córdoba, Britwaldo, obispos y mártires; Pedro, Marcelino, obispos; Basilisa, Marciana, vírgenes; Vidal, Revocato, Fortunato, Julián y Basiliso, Anastasio y Antonio, Celso y Marcionila, Epicteto, Jocundo, Segundo, Adriano, Pusilana y Favila, mártires; Adrián, abad.