25 Nov 26 noviembre 2016
Canto: Maranatha, ven Señor Jesús.
1ª LECTURA: Apocalipsis 22, 1-7
El ángel del Señor me mostró a mí, Juan, el río de agua viva, luciente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. A mitad de la calle de la ciudad, a ambos lados del río, crecía un árbol de la vida; da doce cosechas, una cada mes del año, y las hojas del árbol sirven de medicina a las naciones. Allí no habrá ya nada maldito. En la ciudad estarán el trono de Dios y el del Cordero, y sus siervos le prestarán servicio, lo verán cara a cara y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá más noche, ni necesitarán luz de lámpara o del sol, porque el Señor Dios irradiará luz sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
Me dijo:
-«Estas palabras son ciertas y verdaderas. El Señor Dios, que inspira a los profetas, ha enviado su ángel para que mostrase a sus siervos lo que tiene que pasar muy pronto. Mira que estoy para llegar. Dichoso quien hace caso del mensaje profético contenido en este libro. »
Palabra de Dios.
SALMO: Sal 94, 1-2. 3-5. 6-7
ANTÍFONA: Marana tha. Ven, Señor Jesús.
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor,
creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
ANTÍFONA: Marana tha. Ven, Señor Jesús.
EVANGELIO: San Lucas 21, 34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.
ORAR CON LOS SANTOS:
¡Santo y divino Espíritu! Ya no quiero vivir más para mí: deseo consagrar lo que me queda de vida a complacerte y a amarte por entero. Te suplico me concedas el don de la oración. Ven tú mismo a mi corazón, a enseñarme a orar siguiendo tu inspiración. Dame fortaleza para ser constante, y superar el cansancio y la sequedad. (San Alfonso Mª de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
Silvestre, abad y fundador; Siricio, papa; Belino, Didio, Ammonio, Fileas, Esiquio, Pacomio, obispos y mártires; Leonardo de Puerto Mauricio, Magnancia, Máxima, Básolo, Justo, Gregorio, Basle, confesores; Marcelo, Nicandro, mártires; Amador, Conrado, Sebaldo, obispos; Fausto, presbítero.