28 Jun 29 junio 2016
CANTO: Confío en Ti.
1ª LECTURA: Hechos de los apóstoles 12, 1-11
En aquellos días, el rey Herodes se puso a perseguir a algunos miembros de la Iglesia. Hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Al ver que esto agradaba a los judíos, decidió detener a Pedro. Era la semana de Pascua. Mandó prenderlo y meterlo en la cárcel, encargando de su custodia a cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno; tenla intención de presentarlo al pueblo pasadas las fiestas de Pascua, Mientras Pedro estaba en la cárcel bien custodiado, la Iglesia oraba insistentemente a Dios por él.
La noche antes de que lo sacara Herodes, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Los centinelas hacían guardia a la puerta de la cárcel.
De repente, se presentó el ángel del Señor, y se iluminó la celda. Tocó a Pedro en el hombro, lo despertó y le dijo:
-«Date prisa, levántate.»
Las cadenas se le cayeron de las manos, y el ángel añadió:
-«Ponte el cinturón y las sandalias.»
Obedeció, y el ángel le dijo:
-«Échate el manto y sígueme.»
Pedro salió detrás, creyendo que lo que hacía el ángel era una visión y no realidad. Atravesaron la primera y la segunda guardia, llegaron al portón de hierro que daba a la calle, y se abrió solo. Salieron, y a¡ final de la calle se marchó el ángel.
Pedro recapacitó y dijo:
-«Pues era verdad: el Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la expectación de los judíos.»
Palabra de Dios.
SALMO: Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
ANTÍFONA: El Señor me libró de todas mis ansias.
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias.
Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él.
ANTÍFONA: El Señor me libró de todas mis ansias.
EVANGELIO: San Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
-«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron:
-«Unos que Juan Bautista, otros que Ellas, otros que Jeremías o uno de los profetas.»
Él les preguntó:
-«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo:
-«Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió:
-«¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.
Ahora te digo yo:
Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.
Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
Palabra del Señor.
ORAR CON LOS SANTOS:
En la oración del Padrenuestro, enseñada por Jesús para que nosotros pidiéramos todas las gracias necesarias para la salvación. ¿Cómo quiere él que llamemos a Dios?
Ni, Señor; ni, Juez; sino Padre: ¡Padre Nuestro!
Él quiere que pidamos las gracias a Dios con la confianza misma de un niño necesitado, o un enfermo solicitando de su padre comida o un remedio que le cure.
Si un niño muere de hambre, ¿no es suficiente que se lo diga a su padre para ser socorrido al momento?
Si le ha mordido una serpiente venenosa, ¿no es suficiente que muestre su herida a su padre para que al momento éste le aplique el remedio necesario a su dolencia?
Por eso, el Salvador nos ha dicho: “…Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis”. (Mc 11, 24)
Para obtener de Dios lo que queremos, es suficiente orar con confianza”.
(San Alfonso Mª de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
Pedro y Pablo, Apóstoles; Marcelo, Atanasio, mártires; Siro, Casio, obispos; Benita, Enma de Gurk, vírgenes; Coca, abad; María, madre de S. Marcos.