Misioneros Redentoristas de España

11 Jul Marcados por Cristo

Posted at 11:47h in La Palabra by victorcssr

Lectura de la profecía de Amós:

En aquellos días, dijo Amasías, sacerdote de Casa-de-Dios, a Amós: «Vidente, vete y refúgiate en tierra de Judá; come allí tu pan y profetiza allí. No vuelvas a profetizar en Casa-de-Dios, porque es el santuario real, el templo del país.»
Respondió Amós: «No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos. El Señor me sacó de junto al rebaño y me dijo: «Ve y profetiza a mi pueblo de Israel.»»

Salmo 84

R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.»
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

El Señor nos dará lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos. R/.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios:

Bendito sea Dios, Padre nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad. Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante: recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.
Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria. Y también vosotros, que habéis escuchado la palabra de verdad, el Evangelio de vuestra salvación, en el que creísteis, habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido, el cual es prenda de nuestra herencia, para liberación de su propiedad, para alabanza de su gloria.

Lectura del santo evangelio según san Marcos:

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

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“Quien quiere hacer algo encuentra el camino, y quien no… encuentra una excusa”. Es la sabiduría popular. Y como casi siempre razones no le faltan. Amós recibe una misión y un encargo proféticos, vete a Judá y anúnciales. Pero lo único que acierta a contestar es: “No soy profeta ni hijo de profeta, sino pastor y cultivador de higos”. ¡Una excusa como otra cualquiera! Aunque bien es cierto que en la Antigüedad, esto de las profesiones iba mucho por afinidad familiar… y si tu padre era herrero, tu abuelo también lo fue, tú serás herrero y tus hijos la madera ni la tocan ni la verán. Pero Dios rompe moldes como siempre. Y se salta las tradiciones humanas. Y le dice a Amós “Tú, pastor y cultivador de higos, vas a ser mi vocero, mi profeta en medio del pueblo”. Y es que Dios no sólo llama a los capacitados, a los que poseen grandes dones o cualidades, sino que también capacita a aquellos llamados. Quien es llamado por él, no tiene su camino ya hecho y trillado, más bien ha de disponerse a dejarse guiar y orientar por el que todo lo puede. Así que Amós se quedó sin excusas y Dios ganó un profeta, que además cultivaba higos.

La carta de Pablo a los Efesios recoge hoy un precioso himno cristológico, un tratado que habla de Cristo y de su centralidad en nuestra vida. Acaba así: “habéis sido marcados por Cristo con el Espíritu Santo prometido”. El sello del Espíritu es una marca indeleble, como la del ganado vacuno (permitidme la imagen). Y habla bien de la pertenencia de nuestra vida. Somos de Dios. Existimos por Él, desde Él y hacia Él. Lo vivamos más o menos. Dios es el principio, el final y el continuo de nuestra vida. En Él hallamos equilibrio y paz, pues es nuestro lugar natural, aquel a quien pertenecemos. Nuestro “dueño” y el Señor –Adonai- de nuestra vida. Y como decía Teresa de Ávila, “con tan buen amigo, con tan buen capitán, que se puso el primero en el padecer, todo se puede sufrir”.

Marcos nos deslumbra una vez más con la sencillez de sus relatos. Condensa en pocas líneas la llamada y el envío de los Doce, de dos en dos. La sobriedad de la expresión acompaña a la austeridad que señala el texto: llevando los discípulos un bastón y nada más… ni pan, ni alforja, ni dinero. Sandalias sí, pues el camino es largo. Y túnica sólo la puesta. Parece señalar Marcos que el buen discípulo de Cristo anda ligero, sin adherencias, sin cargas ni arrastres, sin más equipaje que su persona, su amor a Dios y su buen corazón que le guía. ¿No está esto en preciosa consonancia con la “ecología vital” a la que nos llama Francisco? Vivir con lo esencial. El mundo y sus cosas son mi legado, pero también el legado que yo dejo a mis hermanos. Por eso vivo preocupado por cuidar esta casa común, no busco ningún aprovechamiento egoísta, no pienso sólo ni principalmente en mí mismo y en mi disfrute. Los demás son primero. Y todo por la marca imborrable que llevo en mí, la marca de Cristo. La marca del Espíritu. ¿Seremos capaces de vivir según esa “marca”?

Víctor Chacón Huertas, CSsR [/su_box]