8 octubre 2014

8 octubre 2014

1ª LECTURA:  Gálatas 2, 1-2. 7-14
Hermanos:
Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén en compañía de Bernabé, llevando también a Tito. Subí por una revelación. Les expuse el Evangelio que predico a los gentiles, aunque en privado, a los más representativos, por si acaso mis afanes de entonces o de antes eran vanos. Al contrario, vieron que Dios me ha encargado de anunciar el Evangelio a los gentiles, como a Pedro de anunciarlo a los judíos; el mismo que capacita a Pedro para su misión entre los judíos me capacita a mí para la mía entre los gentiles. Reconociendo, pues, el don que he recibido, Santiago, Pedro y Juan, considerados como columnas, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de solidaridad, de acuerdo en que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos. Una sola cosa nos pidieron: que nos acordáramos de sus pobres, esto lo he tomado muy a pecho. Pero cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que encararme con él, porque era reprensible. Antes de que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquéllos, se retrajo y se puso aparte, temiendo a los partidarios de la circuncisión. Los demás judíos lo imitaron en esta simulación, tanto que el mismo Bernabé se vio arrastrado con ellos a la simulación. Ahora que, cuando yo vi que su conducta no cuadraba con la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos:
-«Si tú, siendo judío, vives a lo gentil y no a lo judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a las prácticas judías?»
Palabra de Dios.
 
SALMO: Sal 116, 1. 2
ANTÍFONA: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.
Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.
ANTÍFONA: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
 
EVANGELIO: San Lucas 11, 1-4
Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo:
-«Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos.»
Él les dijo:
-«Cuando oréis decid: «Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación.» »
Palabra del Señor
 
 ORAR CON LOS SANTOS: 
¡Cuánto te debo, Jesús, Salvador mío! Ni derramando toda mi sangre podría agradecerte todo cuanto hiciste por mí. Al ver cómo en la Pasión me has manifestado tu amor, siento que tengo que corresponderte con el mío. Por el amor que me tenías en la Cruz concédeme amarte con todo mi corazón. Te amo. Tú eres bondad infinita. Te amo sobre todas las cosas. No quiero otro amor que el tuyo.  (San Alfonso Mª de Ligorio)
 
SANTOS DEL DÍA:
Susana de Blois, mártir; el anciano Simeón, Artemón, presbítero; Reparada, Benedicta, vírgenes; Néstor, Demetrio, Hugo, Valeria y Polena, Paladia, Porcaria, Palaciata, Lorenza, mártires; Evodio, Caletrico, obispos; Pelagia, Tais, penitentes; Badilón, Martín, abades; Eusebia, abadesa; Pedro de Sevilla, mártir; Brígida, viuda.

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