08 Jul 9 julio 2018
CANTO: La misericordia.
1ª LECTURA: Oseas 2, 16.17b-18. 21-22
Esto dice el Señor:
«Yo la persuado, la llevo al desierto, le hablo al corazón.
Allí responderá como en los días de su juventud, como el día de su salida de Egipto.
Aquel día – oráculo del Señor -, me llamarás “esposo mío”, y ya no me llamarás “mi amo”.
Me desposaré contigo para siempre, me desposaré contigo en justicia y en derecho, en misericordia y en ternura , me desposaré contigo en fidelidad y conocerás al Señor».
Palabra de Dios.
SALMO Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9
ANTÍFONA: El Señor es clemente y misericordioso.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza.
Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas.
Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
ANTÍFONA: El Señor es clemente y misericordioso.
EVANGELIO: San Mateo 9, 18-26
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y, al verla, le dijo:
«¡Ánimo, hija! Tu fe te ha salvado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida».
Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se levantó.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.
Palabra del Señor.
ORAR CON LOS SANTOS:
Quiere Dios salvarnos, mas, para gloria nuestra, quiere que nos salvemos, como vencedores. Por tanto, mientras vivamos en la presente vida, tendremos que estar en continua guerra. Para salvamos habremos de luchar y vencer. Sin victoria nadie podrá ser coronado. Así afirma San Juan Crisóstomo: Cierto es que somos muy débiles y los enemigos muchos y muy poderosos; ¿cómo, pues, podremos hacerles frente y derrotarlos? Responde el Apóstol animándonos a la lucha con estas palabras: Todo lo puedo con Aquel que es mi fortaleza. Todo lo podemos con la oración; con ella nos dará el Señor las fuerzas que necesitarnos, porque, como escribe Teodorato, la oración es una, pero omnipotente. San Buenaventura asegura que con la oración podemos adquirir todos los bienes y libramos de todos los males. (San Alfonso Mª de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá. Santos: Cirilo, obispo y mártir; Beltrán, Ponciano, Focio, Fraterno, Bricio, obispos; Juliana, virgen y mártir; Anatolia, Audaz, Victoria, Andrés, Probo, Elgar, Eusanio, Everilda, Zenón, Faustina, Floriana, Patermuto, Copretes, Alejandro, mártires; Teófanes, confesor; Verónica de Julianis, virgen; Joaquín Ho, catequista laico mártir de China; mártires franciscanos de Shanxi: Gregorio Grassi y Francisco Fogolla, obispos; Elías Facchini y Teodorico Balat, sacerdotes; Andrés Bauer, hermano religioso.