24 Feb 25 febrero 2019
CANTO: Espera en el Señor.
1ª LECTURA: Eclesiástico 1, 1-10
Toda sabiduría viene del Señor
y está con él por siempre.
La arena de los mares, las gotas de la lluvia
y los días del mundo, ¿quién los contará?
La altura de los cielos, la anchura de la tierra
y la profundidad del abismo, ¿quién las escrutará?
¿Quién ha escrutado la sabiduría de Dios, que es anterior a todo?
Antes que todo fue creada la sabiduría,
y la inteligencia prudente desde la eternidad.
La fuente de la sabiduría es la palabra de Dios en las alturas
y sus canales son mandamientos eternos.
La raíz de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y sus recursos, ¿quién los conoció?
La ciencia de la sabiduría, ¿a quién fue revelada?
y su mucha experiencia, ¿quién la conoció?
Uno es el Altísimo, creador todopoderoso.
Uno solo es sabio, temible en extremo:
el que está sentado en su trono.
El Señor mismo creó la sabiduría, la vio, la midió
y la derramó sobre todas sus obras.
Se la concedió a todos los vivientes
y se la regaló a quienes lo aman.
Palabra de Dios
SALMO: Sal 92, 1ab. 1c-2. 5
ANTÍFONA: El Señor reina, vestido de majestad.
El Señor reina, vestido de majestad;
el Señor, vestido y ceñido de poder.
Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
ANTÍFONA: El Señor reina, vestido de majestad.
EVANGELIO: San Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. El les preguntó:
«¡De qué discutís?».
Uno de la gente le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
El les respondió:
«Esta especie solo puede salir con oración».
Palabra del Señor.
ORAR CON LOS SANTOS:
Señor mío Jesucristo, te suplico que la fuerza de tu amor, más ardiente que el fuego y más dulce que la miel, se apodere de mi alma, para que me entregue todo entero a tu amor. Haz que nunca me olvide de tu Pasión, que me determine a entregarte mi corazón. Graba, Señor, tus llagas en mi corazón, para que me sirvan de libro donde podré leer tu dolor y tu amor: tu dolor, para soportar por ti toda suerte de dolores; tu amor, para no dejarme engañar por los demás amores. Porque, teniendo ante mí los muchos trabajos que por mí has padecido, sufriré con paz y alegría las penas que me sobrevengan. (San Alfonso María de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
Victorino y Víctor, Nicéforo, Claudio, Diodoro, Serapión, Papías, Donato, Justo, Ireneo y Daniel, mártires; Félix III, papa; Tarasio, patriarca; Regino, obispo y mártir; Toribio Romo González, sacerdote y mártir; Cesáreo, Avertano y Romeo, Valerio y Bonelo del Bierzo, confesores; Valberga, Aldetrudis, abadesas; salesianos mártires en Li-Thau-Tseul: Luis Versiglia, obispo, y Calixto Caravario, sacerdote; Lorenzo Bai Xiaoman, seglar mártir de China.