20 Oct 21 octubre 2014
1ª LECTURA: Efesios 2, 12-22
Hermanos:
Antes no teníais un Mesías, erais extranjeros a la ciudadanía de Israel y ajenos alas instituciones portadoras de la promesa. En el mundo no teníais ni esperanza ni Dios. Ahora, en cambio, estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu. Por lo tanto, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.
Palabra de Dios.
SALMO: Sal 84, 9ab-10. 11-12. 13-14
ANTÍFONA: Dios anuncia la paz a su pueblo.
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos. »
La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.
ANTÍFONA: Dios anuncia la paz a su pueblo.
EVANGELIO: San Lucas 12, 35-38
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-«Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas. Vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle apenas venga y llame. Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela; os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo. Y, si llega entrada la noche o de madrugada y los encuentra así, dichosos ellos.»
Palabra del Señor
ORAR CON LOS SANTOS:
Te amo, Señor, con toda mi alma y deseo amarte siempre. Por los méritos de tu agonía y tristeza en el Huerto, dame el valor y coraje de trabajar para tu gloria. Por los méritos de tu agonía dame fuerza para resistir toda tentación. Dame, Señor, la gracia de acudir siempre a ti y de repetir contigo: “hágase tu voluntad y no la mía” (Mc 14, 36). Que no se haga la mía, sino siempre tu divina voluntad. Amén.(San Alfonso Mª de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
Aquilino, Isala, Cilina, Eufrosina, Asterio, Modesto, Dasio, Zótico, Cayo, mártires; Ursula, virgen y mártir; Hilarión, anacoreta; Griselda, virgen; Viator, Bertoldo, Mauro, confesores; Severino, Uno, obispos; Hugo, Fintano, abades; Malco, Condedio, Walfrido, eremitas; Paulina de Oña, virgen y mártir.