17 Nov 18 noviembre 2014
1ª LECTURA: Apocalipsis 3, 1-6. 14-22
Yo, Juan, oí cómo el Señor me decía:
«Al ángel de la Iglesia de Sardes escribe así:
«Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Conozco tus obras; tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto. Ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir. Pues no he encontrado tus obras perfectas a los ojos de mi Dios. Acuérdate, por tanto, de cómo recibiste y oíste mi palabra: guárdala y arrepiéntete. Porque, si no estás en vela, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Ahí en Sardes tienes unos cuantos que no han manchado su ropa; ésos irán conmigo vestidos de blanco, pues se lo merecen. El que salga vencedor se vestirá todo de blanco, y no borraré su nombre del libro de la vida, pues ante mi Padre y ante sus ángeles reconoceré su nombre. Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu las Iglesias.»
Al ángel de la Iglesia de Laodicea escribe así:
«Habla el Amén, el testigo fidedigno y veraz, el principio de la creación de Dios: Conozco tus obras, y no eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como estás tibio y no eres frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca. Tú dices: ‘Soy rico, tengo reservas y nada me falta’. Aunque no lo sepas, eres desventurado y miserable, pobre, ciego y desnudo. Te aconsejo que me compres oro refinado en el fuego, y así serás rico; y un vestido blanco, para ponértelo y que no se vea tu vergonzosa desnudez; y colirio para untártelo en los ojos y ver. A los que yo amo los reprendo y los corrijo. Sé ferviente y arrepiéntete. Estoy a la puerta llamando: si alguien oye y me abre, entraré y comeremos juntos. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí; lo mismo que yo, cuando vencí, me senté en el trono de mi Padre, junto a él. Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu a las Iglesias.» »
Palabra de Dios.
SALMO: Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5
ANTÍFONA: Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mi.
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua.
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.
ANTÍFONA: Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mi.
EVANGELIO: San Lucas 19, 1-10
En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.
Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:
-«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.»
Él bajó en seguida y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:
-«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor:
-«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.»
Jesús le contestó:
-«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.»
Palabra del Señor
ORAR CON LOS SANTOS:
¡Oh inmensa piedad! ¡Oh bondad infinita! ¿Cómo es posible no amarte? Sí, Jesús mío, olvídate de mis pecados y recuerda la muerte cruel que has sufrido por mí. Concédeme tu vida y tu reino. Dame tu amor y conviértete en el único Señor de mi corazón. Haz que viva siempre amándote. (San Alfonso Mª de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
Máximo, Frigidiano, obispos; Tomás, monje; Román, Bárula, Esiquio, Luciano, Carterio, mártires; Orículo, confesor; Odón, Teofredo, Múmolo, abades; Alda, santa; María Gabriela de Hinojosa Naveros y compañeras mártires (beatas).