13 Nov 14 noviembre 2016
Canto: Dame vida.
1ª LECTURA: Apocalipsis 1, 1-4; 2, 1-5a
Ésta es la revelación que Dios ha entregado a Jesucristo, para que muestre a sus siervos lo que tiene que suceder pronto. Dio la señal enviando su ángel a su siervo Juan. Éste, narrando lo que ha visto, se hace testigo de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras de esta profecía y tienen presente lo que en ella está escrito, porque el momento está cerca.
Juan, a las siete Iglesias de Asia: Gracia y paz a vosotros de parte del que es y era y viene, de parte de los siete espíritus que están ante su trono.
Oí cómo el Señor me decía: «Al ángel de la Iglesia de Éfeso escribe así:
«Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda entre los siete candelabros de oro: Conozco tus obras, tu fatiga y tu aguante; sé que no puedes soportar a los malvados, que pusiste a prueba a los que se llamaban apóstoles sin serlo y descubriste que eran unos embusteros. Eres tenaz, has sufrido por mi y no te has rendido a la fatiga; pero tengo en contra tuya que has abandonado el amor primero. Recuerda de dónde has caído, arrepiéntete y vuelve a proceder como antes.» »
Palabra de Dios
SALMO: Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6
ANTÍFONA: Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
Será como un árbol,
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
ANTÍFONA: Al que salga vencedor le daré a comer del árbol de la vida.
EVANGELIO: San Lucas 18, 35-43
Cuando se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:
«Pasa Jesús Nazareno.»
Entonces empezó a gritar:
«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!».
Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mi!».
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?».
Él dijo: «Señor, que recobre la vista».
Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha curado».
Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.
Palabra del Señor
ORAR CON LOS SANTOS:
Yo no quiero dejarte mi Jesús. Yo deseo seguirte hasta el final. Dame tu fuerza para caminar llevando la cruz contigo. Déjame sentir que tu amor alivia todos mis dolores y dificultades. (San Alfonso Mª de Ligorio)
SANTOS DEL DÍA:
José Pignatelli, Adeltrudis, Alberico, Andrónico, confesores; Antigio, Jocundo, Vitón, Laurencio, obispos; Clementino, Teódoto, Filomeno, Demetrio, Serapión, mártires; Hipacio, obispo y mártir; Trahamunda de Pontevedra; Veneranda, virgen y mártir.