11 Ene 12 enero 2015
1ª LECTURA: Hebreos 1, 1-6
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo. Él es reflejo de su gloria, impronta de su ser. Él sostiene el universo con su palabra poderosa. Y, habiendo realizado la purificación de los pecados, está sentado a la derecha de su majestad en las alturas; tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más sublime es el nombre que ha heredado. Pues, ¿a qué ángel dijo jamás: «Hijo mío eres tú, hoy te he engendrado», o: «Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo»? Y en otro pasaje, al introducir en el mundo al primogénito, dice: «Adórenlo todos los ángeles de Dios.»
Palabra de Dios.
SALMO: Sal 96, 1 y 2b. 6 y 7c. 9
ANTÍFONA: Adorad a Dios, todos sus ángeles.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Justicia y derecho sostienen su trono.
Los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Ante él se postran todos los dioses.
Porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.
ANTÍFONA: Adorad a Dios, todos sus ángeles.
EVANGELIO: Marcos 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.
Decía:
-«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»
Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
-«Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor.
ORAR CON LOS SANTOS:
Abre mis ojos, Señor, para que pueda verte a Ti en nuestros hermanos y hermanas. Abre mis oídos, Señor, para que pueda oír las invocaciones de quien tiene hambre, frío, miedo, y de quien se siente oprimido. Abre mi corazón, Señor, para que aprenda a amar a mis hermanos como Tú me amas. (Madre Teresa de Calcuta)
SANTOS:
Juan, Probo, Bonet (Bonito), obispos; Taciana (Tatiana), Sátiro, Arcadio, Zótico, Rogato, Modesto, Cástulo, Tigrio, Eutropio, mártires; Cesarea, virgen; Benito, Aelredo (Alfredo), Victoriano, abades; Nazario, Martín de León, presbíteros.